14.12.14



EDIFICIO: BANCO CENTRAL DEL ECUADOR
ARQUITECTO: RAMIRO PÉREZ
AÑO DE CONSTRUCCIÓN:  1968
UBICACIÓN: AVENIDA 10 DE AGOSTO Y BRICEÑO

ELABORADO POR: SARA MONTENEGRO




Ramiro Pérez fue uno de los primeros arquitectos del Movimiento Moderno en Ecuador. Después de terminar sus estudios de arquitectura en México en la UNAM, regresa a su país natal lleno de innovadoras propuestas para promover y desarrollar el nuevo rostro de la arquitectura. Durante su desarrollo profesional siempre tuvo una fuerte vinculación con la naturaleza, lo que nos permite entender porque sus obras se encuentran siempre enmarcando el paisaje o abriendo paso a este. Gracias a su sensibilidad con el entorno, logra una relación poco invasiva en sus implantaciones, ya que  al tratar de dialogar con la ciudad en sus propuestas se entiende ese interés por generar pregnancia en el sitio.

Otra de sus aficiones principales era la literatura, al punto de haber llegado a publicar uno  de sus propios escritos, la novela Donde juega el viento. A pesar de ser esta obra su única publicación no fue la única inspiración de Ramiro, ya que tuvo muchos otros escritos que no se publicaron como la Motonave Nereida  y otros archivos que son considerados personales. Con esto se entiende la sensible relación del arquitecto con el arte, y las diversas formas de poder manifestarlo.




Una de las obras principales de Ramiro Pérez es el edificio del Banco Central del Ecuador, propuesta que se implanta en los bordes del Centro Histórico de Quito; punto donde los extensos detalles renacentistas y barrocos  empiezan a ser opacados por la pureza del movimiento Moderno. Este borde forma un anillo que alberga en su interior las historias coloniales características de la ciudad. En este contexto, La  propuesta arquitectónica de Ramiro Pérez que tiene lugar en la segunda mitad del siglo XX, rompe el estado híbrido de la transición de épocas de la arquitectura contextual en la que se emplaza y propone un juego de volúmenes lisos y geometrías definidas marcando una nueva etapa en la arquitectura ecuatoriana.



En los años 70 se lleva a cabo la edificación del Banco Central del Ecuador, siendo este un edificio direccionado a una institución pública. Este fue uno de los primeros edificios en sustentar su construcción a base de hormigón armado y acero; a su vez se convierte en un punto de referencia jerárquico por su imposición en altura en relación al contexto, característica de la época destinada a las edificaciones de  tipología bancaria.

Al aproximarse, el edificio genera un recibimiento de carácter público al retranquearse con una generosa plaza, la misma que logra comunicarse con el remate del parque  La Alameda que se encuentra al frente generando continuidad en la amplitud del espacio público. Con este gesto se entiende la intención de relacionar la edificación con su contexto inmediato, ya que sin ser invasivo propone un diálogo entre la edificación y la ciudad. La transición entre el espacio público y la plaza propuesta por el edificio, toma lugar al elevar la planta baja  utilizando exiguos peldaños, y es en esta plataforma elevada donde una plaza más pequeña  empieza a penetrar  minuciosamente el edificio, el mismo  que lo recibe con un gran pórtico que enmarca la fachada principal, la cual se enfrenta a uno de los ejes longitudinales más importantes de la ciudad como es la avenida 10 de Agosto.





Volumétricamente, el  edificio del Banco Central, empieza a desarrollarse en altura a manera de  podio, ya que la configuración de la planta baja y las dos plantas consecutivas se encuentran enfrentadas con el espacio  público que genera la plaza de acceso, mientras las siguientes plantas retroceden con su masa privatizando más las actividades  confinadas en esta torre de oficinas. Con este juego de volúmenes se entiende la intención de romper la arquitectura monolítica que predomina en su contexto inmediato, como es el Centro Histórico de Quito.



La configuración estructural modulada, permite la flexibilidad de los espacios interiores y al tratarse de un edificio bancario, se requiere módulos de oficinas que puedan variar en su dimensión, o incluso generar espacios jerárquicos de trabajo conjunto; por este motivo, el arquitecto considera que el interior puede variar con el paso de los años y prevee esta flexibilidad. Una de las cualidades de la planta de acceso  es que en la centralidad de la planta a una sola altura. A partir del se genera una doble altura y es esta condición la que configura el espacio como un punto de encuentro; mientras en los bordes se ubican módulos de oficinaspiso 4 se desarrollas plantas de una sola altura. Los demás pisos que  configuran la torre en altura, son plantas tipo de oficinas con una altura de entrepiso proporcionado a  la escala de una vivienda, lo que hace del espacio laboral un ambiente más acogedor.

El trabajo de fachadas responde a una nueva exploración del material en la época en la que se construye, al utilizar muros cortina en sus fachadas asegura la iluminación natural abundante dentro del edificio. La fachada frontal tiene un mayor grado de cerramiento, lo que una vez más indica la intención de privatizar las actividades realizadas al interior ya que es esta fachada la que se enfrenta directamente a las actividades del espacio público. Las fachadas laterales al encontrarse alejadas a través de las plazas en planta baja de su contexto inmediato logran un significante grado de apertura.

La materialidad de la obra se basa en hormigón armado, acero y muros cortina; todos estos materiales constituyen una nueva propuesta tanto espacial como estéticamente, ya que permiten generar luces mas amplias y extensos vanos, enriqueciendo de esta manera el dinamismo de las fachadas y los espacios interiores. Con esta nueva propuesta se aliviana la construcción y se diversifica la composición formal de los elementos ariquitectónicos. Gracias a la evolución de materiales en la construcción introducida al Ecuador, Ramiro Pérez pasa a ser uno de los primeros arquitectos ecuatorianos en materializar obras modernas en la ciudad de Quito.



El aporte del arquitecto Ramiro Pérez en la arquitectura ecuatoriana es de gran importancia, ya que el estudio de sus obras nos permite comprender que es posible emplazar arquitectura moderna incluso en un contexto histórico inmediato, que es una de las características de nuestra ciudad, sin ser invasivo y respetando lo pre existente; entendiendo formalmente la ciudad y los diálogos que esta genera con la naturaleza que la rodea.


Al ser Quito una ciudad con gran peso en patrimonio tangible y al encontrarse rodeado de 14 montañas, el estudio de contexto para realizar una propuesta arquitectónica es de gran importancia ya que hay mucha riqueza en el entorno a ser explotada, y tanto en la obra analizada, el edificio del Banco Central del Ecuador, como en otras obras propuestas  por Ramiro Pérez estos son puntos considerados al proponer una obra arquitectónica en la ciudad.

Imagen 1: Referencia 1



Imagen 2: Referencia 1

Imagen 2: Referencia 1


Imagen 4: Referencia 2

Imagen 5: Referencia 2

Imagen 6: Referencia 2

Imagen 7: Referencia 2

Imagen 8: Referencia 2

REGISTRO FOTOGRÁFICO












FOTOGRAFÍAS; SARA MONTENEGRO



REFERENCIAS


  1. http://domusurbano.files.wordpress.com/2010/05/2.jpg
  2. https://domusurbano.wordpress.com/2010/06/24/ramiro-perez-martinez-modelos-3d/


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