13.12.14

Edificio Onyx - Diez + Muller



EDIFICIO ONYX

Autor: Diez + Muller
Análisis y digitalización: Juan Carlos Bedoya


















fuente: http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/02-260410/edificio-onyx-diez-muller-arquitectos



Orden
La calle de acceso termina en una cuchara donde el terreno de emplazamiento ocupa la mitad de esta que a su vez estructura el proyecto ya que alrededor se dispone toda la composición del Onyx. Genera de esta manera un orden centralizado donde el espació público y semipúblico es el que se articula con los bloques de vivienda.





Al interior de cada bloque de vivienda se repite el mismo orden. Cada uno tiene un núcleo en este caso de servicios que alberga circulaciones y zonas húmedas y alrededor de este estos dando al exterior se disponen las unidades de vivienda. Este núcleo va creciendo a medida que el edificio va creciendo, desde los subsuelos hasta las plantas de vivienda.
























Plantas Genéricas

SUB 1





SUB 2

















PB 1




PB2











































P1



P2




































CORTE




















No es muy habitual que edificios de vivienda, sin  importar su escala, generen espacio público ya que suelen encerrarse  en la totalidad o casi totalidad de la parcela. Más importante que los edificios es lo que ocurre en medio de ellos, sin embargo esta actitud totalizante tiende a sofocar a la ciudad generando una sensación de ahogo que tapona la ciudad con envolturas de concreto
El Onyx de los arquitectos Diez+Muller revierte esta actitud y recupera una idea básica pero raramente aplicada: generar una relación calle, plaza y edificio. Siendo la plaza el punto de transición entre objeto arquitectónico y el ser humano que actualmente se ha visto desaparecida provocando un fraccionamiento en la ciudad y haciendo un encuentro brusco entre la parte privada y la pública, más aún cuando se trata de vivienda.

Para lograr esto, la composición volumétrica es bastante sencilla: 2 bloques de vivienda, una plaza, la calle y 2 árboles rescatados que se articulan al espacio público. Al separar el proyecto en 2 bloques se jerarquiza los espacios interiores y exteriores que se configuran gracias a la pequeña plaza escalonada que es una extensión de la  cuchara de la calle de acceso. Toda esta transición inicia con una escalinata acristalada que conduce hacia ambos edificios y se eleva con la topografía del terreno. El segundo bloque se yergue así un piso por encima del primero
En la implantación y en las plantas bajas (son algunas debido al desnivel) se vuelve evidente que la plaza forma un papel determinante en el proyecto. Por un lado es el punto de transición entre calle y edificio, convirtiéndose en el espacio semipúblico y el segundo su forma tan fuerte, un doble muro curvo en medio alberga una jardinera, es en realidad el que ordena el Onyx pues este implanta sus 2 bloques en L respecto a esta forma curva. Más allá de ser una cuchara, es como si se tratara de un rompimiento de la esquina, una esquina virtual generada por los 2 bloques en L. Una esquina que se cierra e integra el Onyx, la plaza escalonada y la calle. Una forma enriquecedora e integradora de lo privado, lo semipúblico y lo público respectivamente que se complementa con mobiliario exterior, jardineras y vegetación. Se logra así una secuencia ordenada entre la ciudad y el edificio.


Este proyecto es representativo de los arquitectos Diez+Muller con formas sólidas, abundante cristal sobretodo en planta baja, y un trabajo de la luz tanto natural como artificial (nótese por ejemplo el cuidado al poner las luminarias en los cielos falsos, luminarias que parecen unos puntos nada más, incrustados en los techos). Es interesante ver como estos puntos no se sitúan en el centro de cada cuadrante de la grilla del cielo falso (una asimetría poco convencional). También se aprecia este detalle de puntos luz en las jardineras de la plaza escalonada o en el muro curvo.
La materialidad casi monocromática embellece la idea sencilla del proyecto. Una materialidad muy austera con poca variación de color, pero si de textura en las envolventes, los pisos y los techos que apenas se contrasta con la perfilería negra al igual que partes de las envolventes del mismo color.
Las viviendas por su parte se disponen de manera lineal aprovechado las vistas,  luz y el asoleamiento gracias a su perímetro. Aquí nuevamente se maneja el mismo principio pues de la misma manera que la plaza llega a ser un núcleo que ordena el proyecto, aquí, al interior de cada bloque de vivienda también existe un núcleo que en este caso alberga todos los servicios: circulaciones y áreas húmedas permitiendo así que las unidades de vivienda queden al exterior.


El Onyx si bien muestra tintes contemporáneos, mantiene aún un estilo derivado del modernismo clásico. Aún conservan sobretodo formalmente una configuración característica de este período, 2 cubos abstractos acristalados que albergan una actividad: la vida, pero que afortunadamente no olvida la vida pública y dona un pequeño espacio intermedio a la ciudad y logra este punto de transición tan sencillo que no debe siquiera percibirse sino darse con naturalidad.

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