EDIFICIO ONYX
Autor: Diez + Muller
Análisis y digitalización: Juan Carlos Bedoya
fuente: http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/02-260410/edificio-onyx-diez-muller-arquitectos
Orden
La calle de acceso termina en una cuchara donde el terreno de emplazamiento ocupa la mitad de esta que a su vez estructura el proyecto ya que alrededor se dispone toda la composición del Onyx. Genera de esta manera un orden centralizado donde el espació público y semipúblico es el que se articula con los bloques de vivienda.
Al interior de cada bloque de vivienda se repite el mismo orden. Cada uno tiene un núcleo en este caso de servicios que alberga circulaciones y zonas húmedas y alrededor de este estos dando al exterior se disponen las unidades de vivienda. Este núcleo va creciendo a medida que el edificio va creciendo, desde los subsuelos hasta las plantas de vivienda.
Plantas Genéricas
SUB 1
PB 1
PB2
P1
P2
CORTE
No es muy habitual que
edificios de vivienda, sin importar su
escala, generen espacio público ya que suelen encerrarse en la totalidad o casi totalidad de la parcela.
Más importante que los edificios es lo que ocurre en medio de ellos, sin
embargo esta actitud totalizante tiende a sofocar a la ciudad generando una
sensación de ahogo que tapona la ciudad con envolturas de concreto
El Onyx de los arquitectos
Diez+Muller revierte esta actitud y recupera una idea básica pero raramente
aplicada: generar una relación calle, plaza y edificio. Siendo la plaza el
punto de transición entre objeto arquitectónico y el ser humano que actualmente
se ha visto desaparecida provocando un fraccionamiento en la ciudad y haciendo
un encuentro brusco entre la parte privada y la pública, más aún cuando se
trata de vivienda.
Para lograr esto, la
composición volumétrica es bastante sencilla: 2 bloques de vivienda, una plaza,
la calle y 2 árboles rescatados que se articulan al espacio público. Al separar
el proyecto en 2 bloques se jerarquiza los espacios interiores y exteriores que
se configuran gracias a la pequeña plaza escalonada que es una extensión de la cuchara de la calle de acceso. Toda esta
transición inicia con una escalinata acristalada que conduce hacia ambos
edificios y se eleva con la topografía del terreno. El segundo bloque se yergue
así un piso por encima del primero
En la implantación y en las
plantas bajas (son algunas debido al desnivel) se vuelve evidente que la plaza
forma un papel determinante en el proyecto. Por un lado es el punto de
transición entre calle y edificio, convirtiéndose en el espacio semipúblico y el
segundo su forma tan fuerte, un doble muro curvo en medio alberga una
jardinera, es en realidad el que ordena el Onyx pues este implanta sus 2
bloques en L respecto a esta forma curva. Más allá de ser una cuchara, es como
si se tratara de un rompimiento de la esquina, una esquina virtual generada por
los 2 bloques en L. Una esquina que se cierra e integra el Onyx, la plaza
escalonada y la calle. Una forma enriquecedora e integradora de lo privado, lo
semipúblico y lo público respectivamente que se complementa con mobiliario exterior,
jardineras y vegetación. Se logra así una secuencia ordenada entre la ciudad y
el edificio.
Este proyecto es
representativo de los arquitectos Diez+Muller con formas sólidas, abundante
cristal sobretodo en planta baja, y un trabajo de la luz tanto natural como
artificial (nótese por ejemplo el cuidado al poner las luminarias en los cielos
falsos, luminarias que parecen unos puntos nada más, incrustados en los
techos). Es interesante ver como estos puntos no se sitúan en el centro de cada
cuadrante de la grilla del cielo falso (una asimetría poco convencional).
También se aprecia este detalle de puntos luz en las jardineras de la plaza
escalonada o en el muro curvo.
La materialidad casi
monocromática embellece la idea sencilla del proyecto. Una materialidad muy
austera con poca variación de color, pero si de textura en las envolventes, los
pisos y los techos que apenas se contrasta con la perfilería negra al igual que
partes de las envolventes del mismo color.
Las viviendas por su parte se
disponen de manera lineal aprovechado las vistas, luz y el asoleamiento gracias a su perímetro.
Aquí nuevamente se maneja el mismo principio pues de la misma manera que la
plaza llega a ser un núcleo que ordena el proyecto, aquí, al interior de cada
bloque de vivienda también existe un núcleo que en este caso alberga todos los
servicios: circulaciones y áreas húmedas permitiendo así que las unidades de
vivienda queden al exterior.
El Onyx si bien muestra tintes
contemporáneos, mantiene aún un estilo derivado del modernismo clásico. Aún
conservan sobretodo formalmente una configuración característica de este
período, 2 cubos abstractos acristalados que albergan una actividad: la vida,
pero que afortunadamente no olvida la vida pública y dona un pequeño espacio intermedio
a la ciudad y logra este punto de transición tan sencillo que no debe siquiera
percibirse sino darse con naturalidad.
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