12.12.14

RESIDENCIA ESTUDIANTIL DE LA CIUDADELA DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR.

Autor: Mario Arias
Análisis: Carlos Valverde


Residencia Estudiantil (1959)
Acuarela por: Carlos Valverde

El Movimiento Moderno inerte (momificado):  (1959), Quito, Arq. Mario Arias.


“Pues los cuadros que vemos sobre las paredes, los colores con que han sido pintadas las puertas y ventanas, el diseño de las alfombras, las flores que encontramos en los cuartos, los discos y libros, aunque objetos materiales (como también pertenecen a la carne los labios y las cejas), son sin embargo manifestaciones del alma; ya que el alma no puede manifestarse a nuestros ojos materiales sino por medio de la materia, y eso es una precariedad del alma pero también una curiosa sutileza.”
-Ernesto Sábato- “Sobre héroes y tumbas”

Residencia Estudiantil (1959)
Fuente: www.archivo.trama.ec 

Mario Arias (1932-2009), reconocido arquitecto quiteño, fue uno de los pioneros de la Arquitectura Moderna en el Ecuador, durante toda su vida se encargó de instruirse y crearse situaciones que le permitían aprender desde diferentes lugares y perspectivas para empaparse del conocimiento y las tecnologías internacionales que luego aplicaría a su propio país, fiel al lema de su colegio, palabras de San Ignacio de Loyola, “Ser más para servir mejor”, así pues emprendió una carrera en la que ha recibido todo tipo de premios y reconocimientos por su mérito e importantísimo aporte en urbanismo y arquitectura, además de la constante predisposición de impartir sus conocimientos a otros, ha dejado un legado innegable y se ha inscrito en las páginas de la historia del país como uno de los arquitectos más influyentes y de labor más trascendental para el desarrollo de las ciudades en las que intervino, siempre con una sensibilidad que le permitía crear espacios amigables, y propicios para la vida social o íntima, con plena conciencia de las relaciones que debía inducir entre lo público y privado, y con una técnica que le permitía erigir sus ideas plasmadas en el movimiento Moderno arquitectónico que representa una época de nuestra historia que sigue presente en el museo viviente de la ciudad, Mario Arias trabajó siempre previendo la transformación de la que sería víctima la ciudad y las medidas que debía tomar ante ello, creador de escenarios, dirigía el urbanismo con batuta, diseñaba espacios públicos como obsequios para la ciudad que pronto estallaría en cambios, atrapada en todo sentido y desgarrada por la vida moderna, agobiada por un estilo de vida más apresurado y atropellarte sin espacio para la contemplación, la arquitectura moderna de Mario Arias es la respuesta a éste desgarre y angustia.

Residencia Estudiantil (1959)
Fuente: www.archivo.trama.ec

Así pues en 1959, la arquitectura Moderna de Quito parió la Residencia estudiantil. El respetable y conmemorado arquitecto Mario Arias fue el encargado del proyecto que llenó del valor de la vida cotidiana a la ciudadela de la Universidad Central, proyecto que extrañamente con el paso de los años sería condenado como un espacio no propicio para la vida universitaria.

Residencia Estudiantil
Carboncillo por: Carlos Valverde

Hoy en día al pasar por la Residencia Universitaria de la Central, es difícil imaginar que un día ese edificio estuvo lleno de vida y movimiento, que una identidad universitaria llegó a forjarse entre columnas de V y mampostería de ladrillo, que todo un ciclo vital se desenvolvió adentro para finalmente quedar inerte a causa de un supuesto deterioro del ambiente residencial, al parecer los días de esplendor de la arquitectura Moderna han pasado y éste edificio se encuentra aletargado como si invernara, o más bien, como si permaneciera congelado en un gris invierno.

Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde

Al quedar deshabitado la arquitectura moderna quiteña recibió una puñalada de la que no se recupera hasta hoy, ya que la gente, el alma de todo edificio, fue privada de circular por las venas de este gigante y nutrirlo con vida y valor, desde aquel momento en que como desangrándose vio a sus habitantes abandonarlo, brotando como un abundante chorro de sangre por un portal abierto con puñal, que marca la despedida de aturdidas personas hacia lo que llegó a ser su nuevo hogar y a sus compañeros que fueron una nueva familia, al salir un aire de extrañeza se reincorpora entre los incógnitos seres, éste momento, drama inmortal, determinaría el destino del gigante hoy vacío, figurándose éste cuadro lejano, con un recuerdo separado de nosotros por años de intemperie y corrosión nociva en la memoria colectiva, se ve en blanco y negro a cada persona que sale llevarse con si un pedazo arrancado de la calidez residencial, cada paso que dan aleja más al edificio de lo que hoy es el público candoroso que ignora la función final que cerró los telones de éste grandioso escenario años atrás, divisando a lontananza a través de los túneles del tiempo, cada centímetro que recorren en direccion contraria al edificio lo deshumaniza más y sentencia el inicio de una brecha que se extenderá con cada revolución del reloj.

Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde

Hoy después de todo, al mirarlo detenidamente, con cierta alegría un poco forzada, como una sonrisa que más bien resulta una mueca irónica, se nota que al paso del tiempo y las modificaciones, sobreviven materiales y gestos de la arquitectura Moderna que Mario Arias cuidadosamente definió para constituir éste edificio, con una gran cantidad de lenguajes y lógicas (que van desde estucados de distintos colores, hasta mosaicos de cerámica), que extrañamente no se ven ruidosos en conjunto, como si aprovechara la diversidad de materiales, técnicas y sistemas constructivos innovadores para el momento en el que se diseñó, para plasmar una imagen actual y de desarrollo, y de la vigencia del (en ese entonces) movimiento de mayor fuerza para enriquecer al edificio sin crear algo confuso a pesar de la diversidad de lenguajes.


Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde
Su planta con un giro de geometría no euclidiana abre el ángulo visual hacia el paisaje, el edificio visto en perspectiva, rompe con la ortogonalidad del enorme bloque residencial y le da mayor movimiento y fluidez que suspendido sobre las columnas en V se erigía ligero sobre el espacio público, al mirarlo de lejos los puntos de fuga proyectan líneas que se desvían por la suave curvatura de las fachadas, sutil gesto que no complica la distribución interna sino que más bien la potencia y que cambia la percepción desde cada habitación hacia el exterior y la relación de la ciudadela con este edificio jerárquico pero amistoso.

Fachadas Residencia Estudiantil
Fuente: extraído del Archivo impreso del Ilustre Municipio de Quito


Planta Residencia Estudiantil
Fuente: extraído del Archivo impreso del Ilustre Municipio de Quito
Observando de cerca se evidencia más el gesto de curvatura, al mirar hacia arriba la fachada proyecta sobre las ventanas sus viseras parasoles radialmente hacia el cielo, Mario Arias usó un gesto similar en planta antes en un edificio de menor escala que es la Facultad de Economía en la misma ciudadela universitaria.

Facultad de Economía de la Universidad Central del Ecuador, (1957) primera y segunda planta
Fuente: www.domusurbano.files.wordpress.com

En su composición es notable el uso de elementos y lenguajes que definen un juego horizontal y vertical, como los módulos de mampostería con geometría de dos trapecios contrapuestos en vertical, se unen alternados como bloques en “Opus Quadratum” de manera que se genera un vacío de forma romboidal, que rellenado por cristal conforman en su totalidad volumétrica un elemento mayor que permite el paso quebrado de la luz en ciertas zonas del edificio a través de elementos verticales (como el acceso a las escaleras y ascensores en cada piso) que funcionan como una ralladora de sol, y componen un juego de volúmenes y lenguajes, entonces se rompe la horizontalidad de los antepechos y las viseras ubicadas sobre las ventanas mediante éstas mamposterías perforadas que constituyen un solo elemento vertical, ya que en fachada a pesar de un juego reticular de mampostería y antepecho como una composición de valor vertical y horizontal, y que determinan entre si el vacio de las ventanas y la dimensión de las viseras, se tiene a la final una mayor carga longitudinal en la proporción del edificio que debe ser aligerada.


Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde

Cuando la planta libre se mantenía libre, debe haber sido mucho más evidente la composición y la lógica del lenguaje diagonal, que se veía en las columnas en forma de V que emergían desde los plintos, conformando el espacio público más importante del edificio y seccionando el paisaje quiteño de una manera poco convencional, al igual que en el elemento vertical que conforma el prisma de las escaleras del lado oeste del edificio donde la ventanería está enmarcada por diagonales que generan dos escalenos reflejados por el eje de simetría de un tercer y mayor triángulo isósceles en cada planta del éste elemento en el edificio, que obtiene de nuevo un carácter vertical compuesto de elementos inclinados.


Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde

En ésta pieza hierofánica de la arquitectura moderna se ve en fachada cierto gesto funcional que son las antes mencionadas viseras de hormigón armado ubicadas únicamente sobre la longitud de cada ventana evitando así un desperdicio por sobredimensionamiento de un elemento funcional que ayudaba a proteger en algo a las habitaciones del corrosivo sol de las horas cercanas al medio día y a la perpendicularidad en la mitad del mundo.

Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde

Poco queda de la planta de original aire le-corbusierano que fue testigo de tantos acontecimientos sociales y políticos que pueden ocurrir solo en una universidad, éste antiguo escenario que se prestó como un amable espacio público para los estudiantes instaurando una identidad, hoy permanece oculto tras mampostería, que desaparece en su mayoría a la estructura de columnas en forma de V que seccionaban el paisaje y lo enmarcaban de una manera particular a través del espacio público ahora inexistente, y han sido colocadas también rejas que protegen a un par de autos, el espacio público diseñado para ser un dinámico lugar de reunión y de circulación de pasos humanos llenos de vida y de la prisa estudiantil universitaria, ahora soporta llantas estáticas como en una de esas bromas irónicas de la vida, en donde todas estas nuevas intervenciones destinadas a devolverle algo de uso a la residencia han servido solo para apartar y hacer más inaccesible aún a este gran cadáver. Así hoy se lo ve sin señal de gesto alguno de dinamismo o ánima e irreconocible, Como un cadáver llega a resultar desconocido un segundo luego de morir, así el alma de un edificio son las cosas y las personas que lo habitan, sus emociones y situaciones son lo que le dan vida y carácter, hoy apartado de esta alma, se ha transformado en una momia estática pero anhelante, insitando a descubrir lo que hay detrás de la imperturbabilidad, pasividad y el descuido, un rezago de lo que un día fue, esa imagen irreal con sus cristales percudidos que reflejan más gris a una ciudad indiferente y lejana a la de sus días de esplendor a la que la separan abismos insalvables facturados de años y olvido.


Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde

Éste gigante estoico y reservado se muestra ajeno y ausente, privado de vida y uso, con pequeños rezagos de actividad, que ocupan un mínimo porcentaje del edificio para ciertas oficinas improvisadas, bodegas anónimas y el Hospital de Día que funciona en el curioso gesto del puente habitable que cruza por sobre una de las calles de la ciudadela universitaria, autos y gente pasan indiferentes por debajo sin mirar arriba, éstas intervenciones parasitarias que más parecen contaminar que recuperar algo, son la única causa por la cual uno de los edificios más representativos de Mario Arias, y el Movimiento Moderno quiteño no quede por completo en el olvido, lo peor que le puede pasar a un edificio, ser inútil, ser una mera escultura colosal, imagen y representación de una época, y que tristemente muestra también que algo falló, ahora se alza en medio de la ciudad universitaria como una crítica, ausente a plena vista, presente solo para quienes lo saben escuchar clamante como un corazón delator que reclama que se le ha quitado su lugar en la historia, que todo el legado arquitectónico que potencialmente pudo llevar hasta nuestros días está siendo subutilizado, que todos estos años de abandono han podido solo reforzar y plasmar más el paso de los tiempo y un deterioro reflejo del descuido y de la pasividad, de la falta de consideración por el legado moderno que de alguna manera fue una etapa que nos llevó a donde estamos y de la pretenciosa sordera que no escucha los implacables latidos, un innegable eslabón en la historia de la arquitectura quiteña, que gracias a la trascendencia de las edificaciones a través del tiempo, debido a su escala y material, sigue expresando de una manera sutil pero desgarradora una inconformidad de quedar al abandono como un aborto de la historia a la vista de todos. Hoy habla a través de los grafitis en los muros previamente inexistentes en la planta baja, de las tuberías asomándose entre la mampostería de ladrillo resquebrajada y ahora brutalista por el paso del tiempo, de su aspecto resquebrajado, de la humedad y las ventanas abiertas a la espera de nadie y los cristales rotos que albergan solo vida invasiva, todo esto conforma esta nueva obra de arte, como si el mismo tiempo se hubiese empeñado en esculpir éste expresivo elefante de hormigón.

Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde

Ésta lastimera y precaria obra de arte tornasol compuesta por el mosaico de su fachada en colores pastel, y ocres en las partes más deterioradas, el blanco teñido de tonalidades negras y verdosas por humedad, el naranja bermellón de los ladrillos expuestos a la fuerza por el paso del tiempo, juez y verdugo a la vez, las tuberías grises con codos color vino, ciertas paredes color durazno, otras taxo, la base de las escaleras y las pocas columnas visibles color carmín, algún ducto de ventilación plateado, los cristales de diferentes tonos al ser reemplazados y teñidos por el tiempo a diferentes grados, y toda la cromática que pueda aportar el arte callejero, muestran a este edificio hoy en día con una belleza nostálgica y onírica, como un genial fresco pintado en un muro ahora trizado.


Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde

Todo esto nos hace pensar en el dilema del Performance, sobre que es lo primordial, el momento o el registro del momento, en éste caso, el escenario del Performance continuo y absoluto que es la vida se mantiene como un registro como un monumento conmemorativo del momento como a la fecha de una batalla, pero que aún tiene el potencial de abrirle los telones una vez más a la vida y volver a tener la trascendencia del momento continuo donde innumerables sentires humanizen un espacio alienado que hoy proyecta percepciones a nadie, y no recibe réplica de espectadores que miran un telón cerrado.

Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde

Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde
Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde


Pero el panorama puede ser alentador, al invierno fatal siempre le sucede la primavera calma en la que las hojas caídas alimentan nuevos retoños y la vida resurge ansiosamente luego de haber menguado, mucha gente recuerda con cariño a este edificio, por lo que de alguna manera está presente en el imaginario de la ciudad, a algunos les parecerá un crimen el derrumbarlo, a otros les parecerá lo más digno antes de dejarlo caerse a pedazos sucumbiendo a la vida misma y el implacable paso del tiempo, otros creerán que lo mejor sería restaurarlo y devolverle su imagen inicial, es algo muy discutible, pero por lo general se ve una predisposición positiva a la recuperación de este emblema, es importante la impresión de la gente ante estas decisiones ya que a la final el usuario como en todo caso en la arquitectura, será el realmente implicado con el funcionamiento del edificio en el uso diario y dependiendo de la intervención, el afectado positiva o negativamente, pero por su historia y su permanencia, mucha gente que lo habitó o que por lo menos conoce las venturas y desventuras de éste espacio, lo recuerdan con gran afecto, como respuesta a esto se han visto intenciones favorables al legado de Arias, además de la aceptación de la gente, se han escrito nostálgicas columnas en revistas y páginas web, se ha visto iniciativa del municipio por recuperarlo y sobre todo, el edificio está allí, como esperando a que vuelva su momento, presto a que ocurra el milagro que le devuelva su esplendor original o que le de la paz del descanso, escenario de tantas emociones vividas en una juventud que forjó a profesionales determinantes en la historia del país, así espera, como una momia espera inmóvil el momento en el que su cuerpo inerte, deteriorado pero relativamente bien conservado, o en todo caso preparado para aguantar un largo rato de letargo, regrese a la vida eterna por la bendición de los dioses ante sus méritos en la vida terrenal, en éste caso para dejar de ser una momia no solo se debe conservar como una imagen, sino como un legado, la única manera de llegar a la eternidad.


Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde

Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde

Aunque el legado ya está, como en el caso de un fotógrafo o de un pintor al retratar a alguien y el retrato obtener fama y reconocimiento, el inmortal no es el anónimo modelo, ya que solo una imagen se capturo de él, pero permanece inerte y estático ante la vista de las futuras generaciones que nada sabrán de él, lo verán momificado, el inmortal es el pintor, el fotógrafo, su legado, el haber pasado por la mano genial o por el ojo de la cámara un momento y una posición especial, el que expresa y representa, y el que ha de adquirir el título de inmortal por dejar un legado, por ser el verdadero creador y generador, el eterno es fotógrafo, el pintor, el embalsamador, el arquitecto, el legado de Mario Arias, pase lo que le pase a su edificio, ya es inmortal.


Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde

En el caso de la arquitectura obviamente existe el valor agregado de la habitabilidad, y para que su legado se conserve intacto e incluso creciente, es necesario cuestionarse y cavilar en un contexto actual que postura tomar ante este edificio, la pasividad lo ha mantenido en el estado en el que se encuentra actualmente, en este punto en el que entendemos que la cuestión nunca fue ¿Por qué llegó a pasar esto?, pregunta inútil por su explícita respuesta, sino ¿qué debemos hacer ahora ante ésta situación?, sin tibias compensaciones la decisión que se llegue a tomar debe responder de la manera más apropiada con mucho respeto al autor y con consideración al usuario de nuestro tiempo. Hay que aceptar la imposibilidad de que exista una respuesta unívoca por lo que debemos analizar las diferentes posibilidades que tanto pueden contraponerse como en una encrucijada evitando una reacción visceral o emocional, es preciso pensar también que imparcialmente, según la postura de cada individuo sobre éste mártir de concreto, puede ser tan decente, el devolverle su esplendor original, como desaparecerlo, ya que las dos alternativas preservan el legado de alguna manera en el recuerdo de las personas que lo valoran, al mismo tiempo que son igualmente cuestionables, por mancillar la imagen original con nuevos materiales acaso pretenciosos, o devolverle una exacta imagen rescatando lo irrescatable, obteniendo un leve resultado anacrónico que tal vez ya no responda a las necesidades actuales, o el desaparecer un edificio que ya se encuentra ausente, en una muerte solemne, acción que atenta al patrimonio pero tal vez salva a un legado que ha sido agredido por la indiferencia desde hace ya varias décadas, para otros será también factible dejarlo intacto, como las ruinas abatidas de Chernóbil que dan evidencia de una terrible catástrofe, en este caso dando fe que el abandono y desinterés por causas políticas, sociales o económicas, pueden ser tan nocivas como la radiación que aleja a la gente de una estructura inhabitable y obsoleta, como un héroe muerto, caído en la gloria de la batalla, martirizado e inmortalizado por el sacrificio, que revive constantemente a través de una invulnerable leyenda.


Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde

Los edificios no hablan, no con palabras, pero si se expresan a través de innumerables gestos y condiciones que adquieren espontánea y tácitamente, como habla la estatua del héroe en alguna plaza anónima, aún con los labios sellados, mirando con sus ojos de piedra o cobre oxidado a su ciudad y a su gente transformada por la mano de Cronos, así éste edificio primigenio nos observa con sus pupilas de cristal, con sus tantísimos ojos grises y mirar sombrío pero orgulloso con cierta bondad compasiva y con sus calladas puertas cerradas que generan un amargo rictus encadenado, se yergue aún como si estoicamente estuviese diciendo: No sufran por mí, sufran por ustedes, yo ya tuve mi lugar, yo fui una respuesta a mi tiempo que por razones de la vida y el transcurso de la misma fue fallida, ustedes tienen sus propios problemas, su propio lugar en la historia, sus propias incógnitas y réplicas, su propio desgarramiento y angustia, sufran por ustedes que son los intérpretes y potenciales salvadores o verdugos de su propia existencia en ésta nueva época. - Todo esto lo dice reflejando aquella gris ciudad en sus más grises cristales. Reflejándonos con una sonrisa irónica a nosotros mismos tratando de forjar nuestro propio legado, o acaso tratando de salvar uno anterior pero no del todo ajeno. El dilema sigue en pie.

La Residencia continúa como una fortaleza atacada por el tiempo, que resiste y espera, anhelante y eterna, a un paso de nosotros y a un paso de su autor.


Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde
Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde


Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde
Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde
Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde
Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde
Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde
Residencia estudiantil
Foto por: Carlos Valverde


Fuentes: sitios web:

Archivo impreso del Ilustre Municipio de Quito




No hay comentarios:

Publicar un comentario