Autor: Diego Ponce
Análisis: Tsai - Yu Hsieh
DIEGO PONCE Y OBRAS
Diego Ponce creció y se educó en el
auge del Modernismo. Bajo la influencia de los más grandes modernistas
brasileños, llegó a cambiar el enfoque de la ciudad quiteña.
En sus primeros pasos, Diego
experimentó mucho con la implementación de la cortina de vidrio, aportando así con
nuevas ideas y técnicas e introdujo el uso del vidrio reflector de cobre. Sin
embargo, siempre se adaptó a las necesidades del usuario y otorgaba sentido a
sus edificaciones. Jugaba mucho con la forma. Y en su primera etapa exploró las
posibilidades formales de las pirámides truncadas, símbolo muy propio de los
pueblos prehispánicos en América. El edificio La Filantrópica es un ejemplo de
dicha exploración.
Con el tiempo la arquitectura de Diego
se desarrolla, rompe algunos esquemas de su primera etapa, creando figuras
mixtas, usa materiales del lugar, diseñando viviendas de diversos rasgos. Algo
que desarrolla muy bien Diego es la vivienda de alta densidad. Tomando en
cuenta todos los limitantes económicos y legales que enfrenta el diseño de
estos proyecto, es muy difícil garantizar alta calidad de vida. No obstante,
los proyectos de Diego introducen tipologías que facilitan la vida en comunidad
y se mantienen intactos en el tiempo gracias a su selección de sistemas
constructivos innovadores.
Diego tiene una enorme flexibilidad para
diseñar. En todos las tipologías de la arquitectura aplica un estilo diferente,
sin aferrarse nunca a un lenguaje reconocible. No le interesaba que su
arquitectura se convirtiera en una marca.
Nadie reconocería que sus centros comerciales, su vivienda de alta densidad y
sus edificios de oficinas pertenecen a un mismo autor. Tiene una personalidad
que es notable, sus patrones se repiten pero no se agotan. En sus últimas
obras, Diego comienza a interesarse en temas de sustentabilidad, y es gracias
su hija Teresa Ponce que explora estos temas y lo hace posible en la obra Sacha
Jí. Esta obra orgánica desde su forma hasta su proceso de construcción, incluso en sus materiales y los elementos
generadores de diseño.
Pero para Diego lo “verde” no era un
descubrimiento, sus proyectos están imbuidos de una obsesión por lo verde. En
todos ellos Diego muestra su obsesión en reproducir el verde en altura, siendo
jardineras perimetrales o espacios verdes comunales, e incluso crear
concavidades dedicadas a dar un respiro al edificio. Adaptándolos de manera que
se integra con el proyecto o simplemente crea la mayor ruptura para llamar la
atención.
Diego fue uno de los arquitectos que
tuvo una base firme en cuanto a la formación de su estilo arquitectónico, sin
embargo, es impresionante la capacidad de adaptabilidad que tenía para romper
sus propios esquemas y aceptar diferentes ideas. También es uno de los
arquitectos que más evoluciona, y lo hace en todos sus aspectos. Nunca se
detuvo en su investigación y búsqueda, aunque tuvo aciertos y desaciertos,
nunca dudó en aceptar nuevos retos.
Sacha Jí
Sacha Jí. Vista frontal.
Fuente: Tripadvisor.com
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Sacha Jí se acopla a la naturaleza de
manera orgánica y sutil, curva sus vistas direccionándolas hacia el Lago San
Pablo. Este proyecto atrae no solamente por su forma circular semienterrada en
la montaña, sino por lo integral del concepto de diseño, cuyas funciones se
complementan en un todo armónico.
Sacha Jí. Vista hacia el lago San Pablo.
Fuente: Tripadvisor.com
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Implantado sin intenciones de violar
lo existente, Sacha Jí pasa desapercibido por su adaptación al terreno; evita
la interrupción visual hacia su foco, el lago San Pablo. La forma curva que estructura
el proyecto se basa en el círculo de la vida y expresa la manera en la cual la
energía fluye. Gracias a esta forma se han obtenido diferentes beneficios: las
visuales de 180 grados, el ingreso de la iluminación solar durante todo el día
y la integración con el terreno. Dentro de su diseño espacial interno, las
habitaciones se orientan hacia el lago, guardando sus instalaciones de servicio
hacia el muro de contención.
Sacha Jí. Vista Occidental.
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El proyecto se asienta sobre una base
de llantas recicladas y gravilla, que en caso de movimientos sísmicos amortigua
los esfuerzos que recibirá la estructura. Éste sistema ha sido estudiado e
implementado en arquitectura sustentable, y es uno de los métodos de reciclaje
más completos por su doble función como amortiguador sismo resistente y
aislante térmico. Por otra parte, la mampostería y la cubierta jardín está
diseñadas de manera que retienen la energía y mantienen la temperatura interna
constante, razón por la cual no ha sido necesario implementar sistemas de
calefacción o aire acondicionado, reduciendo el desperdicio energético. Los
ladrillos de dichas mamposterías fueron realizados con la tierra del sector,
evitando desperdicios de materia prima y recursos humanos en trasporte de
materiales ajenos al sector.
Sacha Jí. Base de llantas recicladas y gravilla.
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En cuanto a la alimentación, Sacha Jí cuenta con un huerto orgánico, del
cual se auto-abastece, cerrando el ciclo de producción-consumo interno y
aportando alimentación sana y natural, garantizando el bienestar en el aspecto
físico, emocional y energético.
Sacha Jí. Huerto orgánico.
Fuente: Tripadvisor.com
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Si Diego tuviese un poco más de
tiempo, sin duda se hubiera dedicado a investigar sistemas nuevos para
desarrollar la arquitectura sustentable actual, tratando de redirigir su
enfoque hacia una dirección más ecológica y ambiental, ya que esta rama es
indudablemente pertinente hoy en día, y Diego aceptaría dicho reto sin pensarlo
dos veces.
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