Juan
Carlos Villacrés
Quito, Agosto ‘13 - Enero
‘14
Estudió en el Instituto Experimental Pestalozzi durante la escuela primaria y secundaria, lo que
marcó profundamente su personalidad y su manera de hacer. Posteriormente, en el
2002, ingresa a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Quito
en dónde sus experiencias como estudiante y su cercanía a ciertos arquitectos
influyen para formar su postura ante la disciplina. Durante los años finales de
su carrera se mantiene próximo al arquitecto
José María Sáez; el cual, a través de su posición teórica y su manera de abordar
el proceso proyectual, ha influenciado en gran medida el trabajo posterior de
Moreno. En el 2008 su Trabajo de Fin de Carrera
es premiado en la XVI Bienal de Arquitectura de Quito con la Medalla de Oro,
proyecto que lo impulsa a concursar en el ArchPrix junto a las mejores tesis
del mundo en el 2009.
Su trabajo ha sido intenso a partir de los últimos años
universitarios y ha participado en varios concursos de diseño a nivel nacional
e internacional; sin embargo destacan en particular tres de sus obras. Las dos
primeras son El Taller (2008) y Estudio Mike (2010), en las cuales mediante la
reutilización del material y la interrelación lúdica de la obra con el usuario
se generan procesos de restauración de escala doméstica; la tercera es la Casa
Algarrobos (2010), realizada en colaboración con José María Sáez, en la que
está presente otra escala, la del paisaje, pero que no deja de lado lo
abstracto de la obra ni lo experimental del hacer. Actualmente (2013) Moreno
continúa sus estudios en la UBA (Argentina), realizando una Maestría en Diseño
Arquitectónico Avanzado.
Se intentará, a continuación, formular un análisis crítico de la
obra de Daniel Moreno que nos permita situarlo en un tiempo y un contexto
específicos; observación detenida en la que encontraremos las razones que ponen
en movimiento su arquitectura. Los tres apartados que conforman este escrito
bajo los títulos de Una nueva generación
de Arquitectos, Daniel Moreno. Ideas y posturas arquitectónicas y Estudio Mike.
Restauración, re-significación, trataran de definir su obra; el primero de
ellos busca las razones que justifican el aparecimiento de una nueva generación
de arquitectos en el Ecuador; el segundo, define el eje que articula las
intenciones arquitectónicas de Moreno y descubre vínculos entre su discurso y
la historia del pensamiento; el tercero, por otra parte, es una revisión de cómo
llegan - en Estudio Mike - a ponerse
en práctica dichas intenciones. Al finalizar hay un cuarto apartado en el que
se enunciarán algunas conclusiones acerca de lo analizado.
2. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ARQUITECTOS
El aparecimiento de arquitectos jóvenes en el Ecuador – de una
nueva generación podría decirse - ha respondido a cambios producidos a diversas
escalas en la sociedad, cambios que se intentarán explicar con el fin de
estructurar un marco contextual adecuado para el análisis. Se abordarán, también, algunas de las
influencias que han determinado, desde la formación universitaria, la obra de
Moreno; sin embargo y a más de ello, se verá cómo ha sabido encontrar - sino fabricar
- un camino propio, el cual tiene también su propia estructura y sus propias
raíces. Como se analizará más adelante, y teniendo como ejemplo la obra Estudio
Mike, en Moreno aparece recurrentemente una preocupación en cuanto a cómo se producen las experiencias lúdicas en
la obra, el carácter cambiante de los objetos en relación a lo cotidiano y la
reutilización del material; temas o posturas que se ligan y son consecuencia de
líneas de pensamiento, procesos históricos y en algunos casos tendencias
recientes.
2.1 La influencia de lo global
Detrás de los procesos de cambio presentes en cualquier ámbito de
la sociedad existen factores externos e internos que generan puntos de
inflexión en la continuidad de dichos ámbitos. A medida que nos adentramos en
el siglo XXI los efectos causados por el desarrollo de las tecnologías de la
comunicación, los procesos de globalización, lo imperante de la economía y el
valor monetario por sobre los demás aspectos de la vida, la expansión urbana,
la crisis ecológica, los conflictos armados que se presentan dispersos en el
mundo, etc. se van consolidando y crean un sistema que funciona e influye de
manera transversal en cualquier colectividad. De esta manera y desde las
últimas décadas del siglo pasado cada colectividad - ya sean países
desarrollados o del tercer mundo, o bien grupos socioeconómicos privilegiados
dentro de países periféricos, o los habitantes de barrios pobres - ha ido desarrollando maneras y velocidades
particulares de asimilar estas influencias globales. La
acción de “adentrarse en la globalización” adquiere otra velocidad al finalizar
el siglo pasado, se acelera en el tiempo acrecentando, a su vez, la injerencia
de lo planetario sobre lo local.[1] Volviendo sobre los ámbitos de la sociedad, podríamos decir
que esta globalización, esta apertura y
acortamiento del mundo tienen repercusiones en la cultura, en las artes, en la
política, en la educación y también en la arquitectura
2.2 Ecuador, las nuevas referencias.
En el Ecuador, fruto de una organización institucional deficiente
y de permanecer en una constante inestabilidad política por muchos años, se
generó un lento proceso de apertura hacia la realidad global; por ello, durante
décadas, fue difícil entablar diálogos que retroalimenten las actividades que
se generaban en el país. Además, el histórico aislamiento del Ecuador ha sido
un impedimento constante para innovar los conocimientos prácticos y teóricos de
las diferentes disciplinas[2]. Sin embargo, desde inicios de este siglo[3], la región Latinoamericana se ha ido consolidando como un bloque de importancia en la escena
internacional, en el que algunos países muestran crecientes índices de
desarrollo (entre ellos Ecuador). De modo que parecería lógico encontrar
relaciones entre la consolidación institucional del país, una cierta estabilidad
política y económica (índices crecientes como en el sector de la construcción)
y el surgimiento de una cada vez más amplia masa crítica de profesionales.
Con este preámbulo se podrá entender el giro producido en la
arquitectura ecuatoriana desde hace algunos años y que presenta otra manera de
trabajar, distinta de la de las anteriores generaciones de arquitectos, esta
vez alimentada por la filosofía, el cine, la literatura, la investigación
científica, la crítica del arte, por el influjo de revistas, blogs y foros en
internet que muestran lo que se piensa y se hace en el mundo, por las
arquitecturas de muchos otros lugares y por las teorías que las sustentan; influencias
que aparecen ya en arquitectos jóvenes y sobre todo en cómo las facultades del
país forman a las nuevas generaciones.
2.3 La Academia, modelos a seguir.
En este contexto, aparece en 1994 La Facultad de Arquitectura de
la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, la cual se ha ido consolidando
como un referente en el medio nacional. Surgen, además, los nombres de algunos
arquitectos cuyo trabajo ha destacado y que han
influenciado la manera de hacer de la Facultad, como Henry Carrión,
Milton Barragán, Ovidio Wappenstein, Francisco Ursúa, Handel Guayasamín y
recientemente José María Sáez. Personalidades, estas, que han mostrado una cierta manera de entender
la arquitectura, de modo que hay también
un camino a seguir para futuros arquitectos.
Parecería válido anotar que existe, además, una metodología determinada
en la Facultad para abordar los problemas arquitectónicos, esta surge de la
necesidad de auto-limitar las ansias creativas, de encontrar reglas de juego[4] y estrategias proyectuales que “reducen [una] indeterminación”[5]; un proceso bastante racional en el que se elaboran sistemas de
pensamiento que, mediante la abstracción logran dar respuesta a la realidad. Aproximación
válida pero que de alguna manera representa el lenguaje de una esfera académica
muy hermética en la que se deja de lado el diálogo arquitecto-obra-usuario y se prima la relación arquitecto-obra-arquitecto.[6] Muy probablemente este entendimiento de la obra, a más de estar
próximo a cómo el arquitecto José María Sáez aborda sus proyectos, tenga su
esencia en la manera de ser del arte contemporáneo[7].
3. DANIEL MORENO. IDEAS Y POSTURAS ARQUITECTÓNICAS
Daniel Moreno, por su formación[8],
ha estado muy próximo a la experimentación y al descubrimiento, lugar en el que
ha sabido mantenerse y del que extrae recursos para generar una manera muy
propia de hacer arquitectura. Primeramente podríamos determinar un eje
conductor de su obra: la tensión generada entre el usuario y la arquitectura a
través de la experiencia fenomenológica[9]; esta se hace presente tanto en su Trabajo de Fin de Carrera, en sus proyectos recientes y con mayor
potencia en sus 2 obras de restauración. Dicho eje central encuentra en la
experiencia lúdica una principal vía de expresión, aunque también se apoya en
los posibles lenguajes que el material puede adoptar, en lo que los objetos evocan
en el usuario y en la fuerza que encierra la precisión constructiva.
Moreno, al reconocer que “El
juego lleva al ser humano más allá de los límites de la experiencia ordinaria”
(Moreno, 2007), encuentra
una herramienta para repensar la manera de ser de la sociedad actual. La razón
de ser de su obra como Arquitecto podría resumirse en que, para él, es
necesario revalorizar la experiencia
humana, permitir que otros pensamientos y otra perspectiva de vida sean
posibles. Para ello se considera
importante encontrar momentos, dentro de las actividades cotidianas de la gente,
en los que pueda aflorar una postura lúdica, libre, expresiva y festiva que
reinvente al sujeto desde la crítica a su modo de ser funcional, pragmático o
productivista. (Echeverría, 2010) Bajo esta
determinante se van derivando estrategias y reglas
de juego que responden a las condicionantes de cada encargo y que se traducen en espacios, en formas, en
materiales, e incluso en cómo se gestionan los proyectos.
3.2 Vínculos en el Tiempo
3.2.1. Reactualización de Debates Históricos
Al revisar las decisiones arquitectónicas y el discurso de Moreno,
es posible encontrar en ellos reminiscencias de momentos históricos del arte y
de ciertas corrientes filosóficas que surgen en la Europa del siglo XX - al
terminar la Segunda Guerra Mundial especialmente -, las cuales intentan esbozar
otra vida para la sociedad. Aparecen también, más recientemente, pensadores que
han reactualizado - y tal vez clarificado - discusiones teóricas, gestadas a
inicios del siglo pasado, acerca de la sociedad y el hombre. No está por demás
señalar que Moreno, cómo aquellos pensadores, busca que dichas discusiones
tengan una repercusión sobre el presente.
En 1957, en Europa, surge el movimiento de La Internacional
Situacionista (IS), con Guy Debord como
su ideólogo, en el que se elaboran teorías que se contraponen a la mecanización
de la vida, al predominio de la razón sobre las emociones y al desperdicio de
la experiencia humana. Debord define a la
sociedad del espectáculo y al humano
espectador[10] como resultados directos de un giro en la estructura
económica-productiva de la sociedad y fruto del acelerado desarrollo
tecnológico; contexto que reproduce indefinidamente sujetos alienados y
homogéneos[11] que se adaptan a una mecánica cotidiana. La crítica radical del
movimiento fue asimilada por escritores, filósofos, sociólogos y artistas que
bajo los postulados de la IS repensaron la teoría y práctica de sus respectivas
disciplinas; buscaban liberar al sujeto aherrojado por el sistema. Para ello,
fue indispensable el aporte del filósofo Johan Huizinga quién, en 1938,
desarrolla todo un manifiesto sobre el homo
ludens, en el que reconoce al juego como un factor de trascendencia en el
ser humano. Huizinga encuentra en el juego de
rol primitivo, en la imitación de la realidad y en la expresión individual el
momento fundacional del sujeto como tal (Huizinga,
1955); y al ser el jugar, el imitar y el expresarse funciones tan
esenciales e inconmutables se convierten en formas de un modo de ser verdadero del hombre, anclajes para retornar a un modo
de ser originario, herramientas para revertir la alienación.
Dentro de la IS surgen profesionales que buscan una aplicación técnica
de las influencias conceptuales-filosóficas del movimiento; uno de ellos es
Constant Niewenhuys, artista holandés, quien diseña una ciudad ideal: New Babylon (1959), cuyo planteamiento es
sobre todo un manifiesto sobre la sociedad ideal, es una exploración desde el
urbanismo y la arquitectura que pretende responder a un ser humano libre,
cambiante y expresivo. Constant, basándose en la crítica a la sociedad
utilitarista, en la abolición - marxista - de la propiedad privada y del trabajo
y en la imagen del homo ludens, crea
un hábitat que supone la desaparición de estructuras sociales y el surgimiento
de un nuevo ser humano[12].
El debate propuesto por la IS pierde intensidad y termina
desapareciendo el colectivo; sin embargo, la fuerza de sus tesis invitan a elaborar - así sea décadas más tarde - teorías que
definan a la sociedad contemporánea. Será el filósofo ecuatoriano Bolívar
Echeverría, quién, desde la periferia[13], elaborará a finales del siglo pasado toda una teoría acerca del Ethos Barroco (versión del humano
moderno no-capitalista), en la que se
expone la condición bipolar del ser moderno: por un lado
racional-pragmático-lógico y por otro emocional-intuitivo-festivo. (Echeverría, 2010) Lo lúdico, se sitúa así, en medio del comportamiento festivo del
hombre; en el que crea un contrapunto a la vida racional y propone nuevas
perspectivas desde donde experimentar la existencia[14].
En la historia de la arquitectura, cómo se explicó anteriormente, han
habido líneas de pensamiento que, con sus particulares maneras de ver la
realidad, han generado tendencias en el tiempo. Tendencias, o bien puntos desde
donde ver la arquitectura, que constantemente influencian a las esferas
académicas y profesionales a nivel mundial[15].
Por ello resulta pertinente dilucidar algunas de esas líneas, centrándonos,
sobre todo, en aquellas que se reflejan sobre la obra de Moreno.
Los actuales cuestionamientos globales como la reutilización de
recursos, la sustentabilidad de los procesos productivos, el manejo responsable
de los desechos y el irreversible agotamiento de los recursos no renovables,
por citar algunos, han modificado las temáticas sobre los cuales gira la
arquitectura de tiempo en tiempo; situándola, por ahora, en torno a ellos. Las
tendencias low tech, la reutilización de materiales reciclados y una
arquitectura comunitaria de escasos recursos - que trabaja desde la periferia -,
han sido ejemplos de crítica “externa” al sistema. Podríamos citar al
arquitecto japonés Shigeru Ban, quién especialmente en sus proyectos de viviendas
para refugiados[16] realiza intervenciones de bajo presupuesto con materiales no
convencionales. Así también surge el ejemplo de la oficina Tyin Tegnestue, la
cual, al trabajar en barrios populares de países asiáticos, crea procesos de participación
que refuerzan los lazos comunitarios e insertan una arquitectura que se funde
con los lugares en dónde está, que no parece poder replicarse en otro sitio[17].
Por otra parte, desde Latinoamérica, ha surgido una generación de
arquitectos que ha modificado los límites de la profesión; desde la teoría y la
crítica hasta la manera de hacer. Las ideas de Lina Bo Bardi, Luis Barragán,
Rogelio Salmona, Enrico Tedeschi, o Marina Waisman han ido generando un pensamiento
propio, latinoamericano; que partió de influencias modernas importadas, pero
que ha sabido repensarse y caracterizarse en base a los orígenes, historia y
cultura propios (Montaner,
2011). Actualmente la arquitectura de
Solano Benítez, Alejandro Aravena, Rafael Iglesia o José María Sáez ha ido
consolidando posturas que, en base al entendimiento de la materialidad, la
relación con el contexto inmediato, la preocupación por la ciudad y la vivienda
- en el trabajo de ELEMENTAL especialmente - y el afán de trabajar por fuera
del mundo inmobiliario, resultan
innovadoras, necesarias. El teórico Josep María Montaner lo explica de la
siguiente manera: “A [la] arquitectura
global le estaría respondiendo hoy una arquitectura local, de gran desarrollo
en las ciudades latinoamericanas, representada por la obra de arquitectos que
priman los materiales de la propia cultura urbana o rural, que conocen a fondo
los modos de vida, que potencian las experiencias sensoriales, que promueven
una arquitectura de la experiencia” (Ibíd. p. 150).
De esta manera se intenta trazar un marco de ideas y métodos que
justifiquen, desde la historia del arte, la filosofía, la sociología y la
arquitectura, el origen de la postura conceptual de Moreno. Llama la atención,
por ejemplo, las referencias en su Trabajo
de Fin de Carrera (2007) a Huizinga, la importancia que adquiere el homo ludens en el planteamiento de New Babylon y las similitudes
encontradas entre el discurso de Moreno y Constant. También las influencias del
low-tech, de la teoría latinoamericana[18] y sobre todo de la manera de trabajar por fuera del sistema
convencional, desde la periferia[19], son determinantes en su arquitectura.
4. ESTUDIO MIKE (2010 - 2011). RESTAURACIÓN, RE-SIGNIFICACIÓN.
Dos años después de egresar de la Facultad de Arquitectura de la
Universidad Católica, Daniel Moreno recibe su segundo encargo[20] como arquitecto independiente. El proyecto, ubicado en el barrio
La Gasca en el centro-norte de Quito, requería remodelar una casa existente y
transformarla en una casa estudio o casa taller. Lo realiza en colaboración
con Margarida Marques en el lapso de 1
año, aproximadamente, entre diseño y construcción. El monto requerido para la
obra - asignado por Michael Blanchard, el cliente - fue de 30.000 dólares; además,
se la realizó con mano de obra contratada (2 trabajadores). Además el proyecto
obtuvo la Primera Mención de Honor
Nacional en Rehabilitación y Reciclaje en la XVII Bienal Panamericana de Quito
2012. (Moreno, 2011)
4.1 Descripción
4.1.1 Estado Inicial
La construcción intervenida, de planta rectangular, es de 11 x 6
metros y está implantada en un terreno de 15 x 9 metros.[21] Consta de 2 niveles que se adosan a uno de los lados del terreno
conformando un callejón de parqueo y 2 patios: uno frontal y otro posterior. En la planta baja, hacia el frente del terreno,
se encuentran los espacios más públicos (cocina y sala); hacia la parte
posterior los más privados (talleres y estudio); y en la planta alta están
dispuestas las habitaciones de la casa. La circulación y el movimiento se
producen de manera longitudinal, mediante un corredor por cual que se acceden a
los demás espacios; estos están configurados por muros portantes y una cubierta
de teja.
Daniel Moreno trabaja sobre una casa en deterioro, cuya calidad
espacial estaba afectada por la compartimentación de los espacios y que
funcionalmente no brindaba las condiciones para que se desarrollase allí un
lugar de estudio.
4.1.2 Intervención
Se tomaron en cuenta ciertas condicionantes a partir de las cuales
desarrollar el proyecto, entre las que el factor económico era primordial para
pensar los procesos y tomar las decisiones. La reutilización de los materiales
existentes en la casa, por ejemplo, además de potenciar el diseño original, fue
clave para reducir costos. También, al incorporar mecanismos que generen otro
tipo de relaciones entre las personas y los objetos, se logró aproximar la obra
al usuario; ésta deja de situarse en la esfera abstracta y pasa a necesitar de
un habitante para estar completa, para mostrarse a plenitud.
Primero se desmantelaron elementos como puertas, pisos, barrederas
y muebles empotrados que pudieran ser re-utilizados a lo largo de la obra. La
madera extraída fue utilizada posteriormente como encofrado para prefabricar
piezas de hormigón en forma de C, fundidos en obra, con la finalidad de
resolver, con la repetición de un solo elemento: alacenas, mesones y divisiones
de espacios. El resto de la madera fue utilizada para crear texturas de piso,
recubrimiento de paredes, gradas y mobiliario. Además, se decidió mostrar los
procesos que se llevaron a cabo en la obra, como las perforaciones hechas en
las paredes en las cuales se pueden ver las capas de materiales superpuestas.
Finalmente, se rediseñó el corredor de circulación eliminando la losa del nivel
superior y reemplazándola por un coche mecánico que se desplaza a lo largo de
la casa y conecta las habitaciones. Para acceder a este coche, se incorporó una
escalera desplegable que, mediante un mecanismo, permite o no acceder al nivel
superior.
4.2 Análisis
A continuación se verá cómo la estructura de pensamiento de Moreno
- detallada en el capítulo Intenciones
Conceptuales - es llevada a cabo en, este, su segundo encargo y cómo tales
pensamientos responden a unas necesidades concretas y se convierten en
arquitectura.
4.2.1 “Re-producción Fenomenológica”
La intención central de Daniel Moreno es re-producir en la obra el momento creativo experimentado por él
en el proceso de diseño; es decir que la experiencia fenomenológica vivida por
el arquitecto en una primera instancia, es mostrada, en un segundo momento, al
usuario; momento en el que, por ejemplo, se entiende el espacio a través de
cambios de posición en un lugar, o cuando se extrae un pedazo de pared y se
descubre una segunda pared de ladrillos por debajo, o cuando en obra se
construye una escalera para acceder a otro nivel. Se trata de experiencias no
convencionales que han sido asimiladas e incorporadas en la obra, que ahora reaparecen
al verlas en lo cotidiano. La visualización espacial del arquitecto se
convierte en un coche móvil que atraviesa un vacío; la textura descubierta no
se la cubre sino que está expuesta para que puedan verse las “entrañas” de la
casa; la escalera de obra ahora es permanente y se despliega mediante un
mecanismo que nos permite acceder al nivel superior.
De esta manera se entiende que la obra necesita de la
interrelación con el usuario y que éste, al completarla, re-direcciona el
sentido de su experiencia. Así, encontrando situaciones lúdicas en la vida
cotidiana, se genera un contrapunto del humano
espectador.
4.2.2 Re-significar lo Utilitario
De alguna manera el gesto de
incorporar un coche móvil en lugar de la losa del segundo nivel termina
siendo la intervención más radical de Moreno; para él el carácter utilitario de
los objetos puede ser siempre reinterpretado.[22] Se rompe con la compartimentación de la casa insertando un eje de
movimiento que re-significa totalmente el espacio de circulación. Parecería que
extrae, también, la vitalidad propia de los espacios de estudio, del taller
y de la cocina - lugares de
experimentación y creación – para dispersarla por el corredor de la casa; este,
deja de existir bajo la función y pasa a buscar una forma de ser particular, una
forma que lo convierta, con sus características, en una habitación como las
otras. De igual manera la escalera adquiere otro valor al tener que ser “construida”
cada vez que se desee utilizarla; al interactuar con la misma se modifica la
mecánica de subir y bajar por ella. Se sobrepone, en estos hechos, la relación
usuario-objeto antes que el uso.
4.2.3 Poetizar los Objetos
El manejo de la materialidad en el proyecto adquiere importancia
por cómo se llevan al límite los lenguajes de los elementos utilizados; ya sean
maderas, plásticos, artefactos convencionales, ladrillos u hormigones, es la
exploración del lenguaje formal el que cuestiona, reformula y reinventa la
manera de darles uso a dichos elementos.
Existen también ciertos diálogos o tensiones entre los materiales,
que se perciben mediante contrastes, formas y disposiciones de elementos;
gestos que hablan de una poética en los objetos. Cuando uno mira en la textura
del policarbonato el mismo patrón que la textura del piso, que los módulos de
las paredes, parecería como si entre ellos se imitaran, como si entablaran un
diálogo en el espacio arquitectónico para parecerse entre sí; y cuando este patrón, del policarbonato y de
las tiras de madera, en cambio se enfrenta con la pared de ladrillo
descubierta, es cómo si se intensificaran sus cualidades, unos cada vez más
esbeltos, la otra cada vez más abultada; parecen necesitarse para llegar a
provocar en el observador el efecto deseado. Así, en otro encuentro, unas
luminarias dicroicas brotan de unas vigas de madera rústica; ambas,
diametralmente opuestas, llegan a convivir gracias a lo sutil de su encuentro, a
la precisión del gesto constructivo. Lo contradictorio de dichas situaciones
les otorga una fuerza tal que los espacios de Moreno, más bien sobrios, limpios,
se irradian de la presencia de un mundo de las cosas que existe de manera
diminuta en la arquitectura, que parecería no tener gran protagonismo, pero que
la va llenando de pequeños detalles.
La reutilización, el reciclaje, la modificación de las formas, la
transformación de los usos nos habla del carácter cambiante de la realidad, de
la memoria que subyace en el objeto nuevo y que a veces - a pesar de que él ya
no es lo que era - surge evocándonos imágenes, de las múltiples maneras de
existir que tienen las cosas.
4.3 Conclusión
La obra de Daniel Moreno logra, desde una intervención de escala doméstica,
proponer otras vías de interrelación con los espacios y con los objetos:
valoriza la experiencia fenomenológica del lugar, re-significa el carácter
utilitario de ciertos elementos y encuentra nuevas maneras de reutilizar los
materiales, de mostrarlos al usuario. También entiende que, a partir de las
condicionantes particulares de cada proyecto, surgen oportunidades, maneras y
lógicas de hacer arquitectura, lógicas que muchas veces nacen de la escasez y
de la restricción, pero que posibilitan partir de lo existente y revertir a
nuestro favor, las dificultades que nos plantea la realidad.
5. APUNTES FINALES
Aparentemente en la obra de Moreno se trabaja desde la memoria
individual, razón por la que en varias entrevistas y fragmentos se hace alusión
a su formación en el Instituto Experimental Pestalozzi. Es como si se trabajara
sobre un contexto anhelado - la libertad expresiva, la experimentación, el
contacto lúdico con lo existente, una postura festiva ante la vida - al que se
intenta volver de manera constante; y es este anhelo recurrente el que determina
la manera de hacer arquitectura.
Además, la escala de intervención de las obras de Moreno le otorga
cierta flexibilidad y control de las variables, lo que acerca sus proyectos a
intervenciones artísticas.[23] Por otra parte al referirse al tiempo de ejecución de sus
proyectos en relación a los recursos económicos requeridos se revela el
desinterés por lograr una eficiencia en el trabajo; por lo que, si los
proyectos cambian de escala, es muy probable que se descontrolen y sean
inviables.
Si bien lo lúdico como traducción de la experiencia fenomenológica
es una herramienta válida para acercar la obra al usuario, no siempre va a
poder ser un recurso de efecto transversal a cualquier proyecto. Queda por
evaluar la capacidad que tenga Moreno para mostrar sus impresiones
fenomenológicas a otros tipos de usuarios y a un número mayor de ellos.
La arquitectura de Moreno adquiere valor en la medida en que critica
la manera de ser de la sociedad contemporánea a través de la reactualización de
debates históricos. Existe también, detrás de la tesis de lo lúdico, una
búsqueda de maneras alternas de vivir, un deseo de combatir a una sociedad del
espectáculo que se consolida más y más y que a su paso minimiza el valor de la
experiencia humana[24], suplanta pensamientos por ingentes cantidades de imágenes y
promueve modos de vida receptivos, estáticos[25], ilusorios.
Finalmente, se podría acotar que, independientemente de la
dirección que siga la obra de Daniel Moreno, sería interesante ver qué aplicaciones
puede tener su postura teórica en contextos menos flexibles, en los que
intervengan, por ejemplo, actores urbanos
como el sector inmobiliario o instituciones del poder político. En un contexto
desigual y aún muy conflictivo como es el latinoamericano, con demasiados
arquitectos y también con una contracara de la ciudad aún muy pobre - en la que
existen demasiados barrios informales sin planificación, sin medios técnicos
para autoconstruirse, sin una adecuada gestión de sus recursos - es posible que
haya más urgencia de respuestas que sean capaces de superar las esferas
académicas y que sin obviar lo necesario y vitalizante de la experimentación
sepan regresar la mirada hacia una realidad siempre en tensión, siempre a punto
de colapsar.
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[1] Situación
de suma importancia en la ciudad contemporánea. Si bien la globalización abre
las puertas al mundo y produce cambios provechosos que nutren a la ciudad, que
la diversifican, implica a la vez que otros actores entran en juego, quizá unos
más fuertes - como los del ámbito económico / financiero - que aquellos que históricamente la han
construido. Algunos autores lo abordan de la siguiente manera: “Podemos
imaginar a las ciudades latinoamericanas saliendo y entrando convenientemente
de la globalización” (Canclini, 1992). “Tomando de ella lo que puede servir,
pero sin involucrarse dependientemente en la misma” (Cicolella, 2011).
[2] Desde el
período colonial, la época republicana y durante gran parte del siglo XX,
Ecuador se mantuvo aislado del resto del mundo. Algunos factores se deben a la
poca organización institucional, a las condiciones geográficas inaccesibles del
territorio y consecuentemente al desconocimiento de nuevas tecnologías y
tendencias generadas a nivel regional y global (Hurtado, 2007).
[3] La crisis
económica de 1999 en el país, fue uno de los factores que dio mayor impulso
para ponerse en contacto con el mundo (refiriéndose dicho fenómeno a estratos
socioeconómicos medios y bajos; ya que las élites, estuvieron siempre
vinculadas con el mismo).
[4] Conjunto
de lineamientos que determinan lo que es válido o no en el proyecto; con que
elementos se puede o no diseñar, jugar.
[5] Frase
utilizada por el Arquitecto José María Sáez al referirse a su manera de
entender el proceso de diseño (Saez, 2003).
Al enfrentarse el Arquitecto a dicho proceso,
surge una situación indeterminada - con infinitas opciones y caminos a
escoger- en la que es necesario trazar límites, encontrar pautas que filtren y
reduzcan esa multiplicidad de opciones.
[6] Parece como
si el proyecto debiera justificarse a como dé lugar desde el discurso
conceptual. El mismo es mejor o peor en la medida en que sepa argumentarse a
través de términos abstractos o metáforas arquitectónicas; estas, muchas veces
ininteligibles para el usuario común.
[7]A esta idea
puede aportar el argumento de Fredric Jameson con respecto a la forma de producir obras de arte actualmente: “Lo que consumimos ya no es una entidad puramente
visual o material, sino la idea de tal entidad. Lo que los artistas crean ahora
no es la obra, ya sea en un sentido viejo o nuevo, sino la idea de la obra. […
] y la propia obra, si es que todavía podemos llamarla así, es una mezcla de
teoría y singularidad” (Jameson, 2012. p.72).
[8] Instituto Experimental Pestalozzi,
centro educativo de pedagogía naturalista en el que priman las experiencias
lúdicas y el desarrollo artístico.
[9] Bajo el
enfoque fenomenológico la arquitectura deja de ser relevante por sus
dimensiones, por su función y pasan a
destacar las impresiones sensoriales que esta produce, lo que evocan en el
hombre. Las impresiones de formas, vacíos, colores, sonidos, proporciones,
luces, sombras y texturas atribuyen cualidades poéticas a la arquitectura; las
mismas que se develan a través de los sentidos durante la experiencia con los
espacios, con las imágenes (Holl, 2011).
[10]
“El espectador no vive, sólo contempla. La alienación del espectador en
beneficio del objeto contemplado […] se expresa así: cuanto más contempla,
menos vive, cuanto más acepta reconocerse en las imágenes dominantes de
necesidad, menos comprende su propia existencia y sus propios deseos” (Hardmeier, 2009)
[11] “Lo humano se juega en la afirmación de su
diversidad, en la resistencia y el contraataque a la dinámica imparable de
nuestra época, que necesita consolidar a todo los humanos en una masa
obediente, mientras más homogénea, más dócil a las exigencias del orden social
actual y su sorda pero implacable voluntad de catástrofe” (Echeverría,
2010. p. 9 ).
[12] “Lo que el homo ludens exigirá del marco de su vida será, en primer lugar, que
responda a su necesidad de juego, de aventura y de movilidad, así como todas
las condiciones que faciliten la libre creación de su propia vida. […] por su
parte, querrá transformar, recrear este lugar, este mundo, según las nuevas
necesidades que se presenten. […] Con
ello asistiremos a un proceso ininterrumpido de creación y re-creación, basado
en una creatividad generalizada que se manifiesta en todos los campos de la
actividad” (Nieuwenhuys, 1974)
[13] Desde un
contexto externo a los centros del mundo occidental. (Europa y Norteamérica)
[14] “Es como si,
en la existencia humana, el caos – lo otro, humanizado o “domesticado” como la
contraparte del cosmos humano – hiciera un gesto de amenaza, fingiera hacer
estallar esa humanización o “domesticación” que lo tiene aherrojado, destruirla
(así sea lúdicamente para reconstruirla después)”
(Echeverría,
2010. p. 123).
[15] Relación en
la que unos producen y otros reciben - y en contados casos adaptan
y contextualizan - lo producido. Situación
que, cómo se explicó en el primer capítulo de este escrito, está en constante
reversión. Ahora también se empieza a producir y a aportar desde la periferia.
[16] Tras
el terremoto en 1995 en la ciudad japonesa de Kobe, Ban contribuyó a solventar
la falta de viviendas con sus proyectos la
casa de papel, y la iglesia de papel. Además, ha realizado proyectos similares en
India y Turquía (Montaner, 2008).
[17]
Destacan proyectos como The Old
Market Library (2009) y Klong Toey Community Lantern (2011); ambos
realizados en Bangkok (Boundaries Magazine, 2012).
[18] Moreno ha
permanecido muy próximo al Arquitecto José María Sáez, catedrático que ha
marcado su carrera e incluso con quién ha colaborado en proyecto recientes -Casa Algarrobos (2010).
[19] En este
sentido entiéndase la periferia bajo dos connotaciones: la periferia
espacial-geográfica y la periferia del sistema establecido, del medio
profesional convencional.
[20] La primera
obra realizada por Moreno es El Taller
(2008) proyecto de remodelación para su madre, la artista Pilar Flores.
[21] Medidas
aproximadas del proyecto.
[22]
“En efecto, los mismos lugares en donde discurre la existencia productivista
son sometidos a una transfiguración para fines de la existencia festiva, el
tiempo mismo se desentiende del ritmo mecánico del movimiento pragmático y se
atiende ahora a otros, completamente alterados, el mundo de la rutina se
encuentra convertido en otro mundo” (Echeverría,
2010. p. 122).
[23]
Tal vez pueda entreverse aquí una cierta influencia del trabajo de su madre.
[24] “Se trata de
una riqueza de formas que invade inconteniblemente la experiencia humana
singular y colectiva y en la que expresa, más allá de su autopresentación
exagerada – a través del cine de Hollywood y sus estrellas, de las música de rock y sus derivados y sobre todo de la
televisión y su fomento de la afición pasiva al deporte y su héroes y a la
pseudo-interacción de los videojuegos -, el dinamismo profundo, él mismo
conflictivo y ambivalente, de una realidad que es la de una imposición
civilizatoria” (Echeverría, 2010. p. 105).
[25] Aunque ávidos
de novedad, de momentos veloces, de situaciones fugases, de constantes
transformaciones. “De lo que no hay duda
es de que ahora cualquier cosa – y también todo – es posible, pero sólo a
condición de que abrace lo efímero y consienta existir únicamente por un tiempo
breve, como acontecimiento antes que como objeto duradero.” (Jameson, 2012. p. 74)
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