16.12.14

SACHA JÍ

Autor: Diego Ponce 
Análisis: Tsai - Yu Hsieh


DIEGO PONCE Y OBRAS


Diego Ponce creció y se educó en el auge del Modernismo. Bajo la influencia de los más grandes modernistas brasileños, llegó a cambiar el enfoque de la ciudad quiteña.

En sus primeros pasos, Diego experimentó mucho con la implementación de la cortina de vidrio, aportando así con nuevas ideas y técnicas e introdujo el uso del vidrio reflector de cobre. Sin embargo, siempre se adaptó a las necesidades del usuario y otorgaba sentido a sus edificaciones. Jugaba mucho con la forma. Y en su primera etapa exploró las posibilidades formales de las pirámides truncadas, símbolo muy propio de los pueblos prehispánicos en América. El edificio La Filantrópica es un ejemplo de dicha exploración.

Con el tiempo la arquitectura de Diego se desarrolla, rompe algunos esquemas de su primera etapa, creando figuras mixtas, usa materiales del lugar, diseñando viviendas de diversos rasgos. Algo que desarrolla muy bien Diego es la vivienda de alta densidad. Tomando en cuenta todos los limitantes económicos y legales que enfrenta el diseño de estos proyecto, es muy difícil garantizar alta calidad de vida. No obstante, los proyectos de Diego introducen tipologías que facilitan la vida en comunidad y se mantienen intactos en el tiempo gracias a su selección de sistemas constructivos innovadores. 

Diego tiene una enorme flexibilidad para diseñar. En todos las tipologías de la arquitectura aplica un estilo diferente, sin aferrarse nunca a un lenguaje reconocible. No le interesaba que su arquitectura se convirtiera en una marca. Nadie reconocería que sus centros comerciales, su vivienda de alta densidad y sus edificios de oficinas pertenecen a un mismo autor. Tiene una personalidad que es notable, sus patrones se repiten pero no se agotan. En sus últimas obras, Diego comienza a interesarse en temas de sustentabilidad, y es gracias su hija Teresa Ponce que explora estos temas y lo hace posible en la obra Sacha Jí. Esta obra orgánica desde su forma hasta su proceso de construcción,  incluso en sus materiales y los elementos generadores de diseño.

Pero para Diego lo “verde” no era un descubrimiento, sus proyectos están imbuidos de una obsesión por lo verde. En todos ellos Diego muestra su obsesión en reproducir el verde en altura, siendo jardineras perimetrales o espacios verdes comunales, e incluso crear concavidades dedicadas a dar un respiro al edificio. Adaptándolos de manera que se integra con el proyecto o simplemente crea la mayor ruptura para llamar la atención. 

Diego fue uno de los arquitectos que tuvo una base firme en cuanto a la formación de su estilo arquitectónico, sin embargo, es impresionante la capacidad de adaptabilidad que tenía para romper sus propios esquemas y aceptar diferentes ideas. También es uno de los arquitectos que más evoluciona, y lo hace en todos sus aspectos. Nunca se detuvo en su investigación y búsqueda, aunque tuvo aciertos y desaciertos, nunca dudó en aceptar nuevos retos.

Sacha Jí

Sacha Jí. Vista frontal.
Fuente: Tripadvisor.com













Sacha Jí se acopla a la naturaleza de manera orgánica y sutil, curva sus vistas direccionándolas hacia el Lago San Pablo. Este proyecto atrae no solamente por su forma circular semienterrada en la montaña, sino por lo integral del concepto de diseño, cuyas funciones se complementan en un todo armónico.

Sacha Jí.  Vista hacia el lago San Pablo.
Fuente: Tripadvisor.com















Implantado sin intenciones de violar lo existente, Sacha Jí pasa desapercibido por su adaptación al terreno; evita la interrupción visual hacia su foco, el lago San Pablo. La forma curva que estructura el proyecto se basa en el círculo de la vida y expresa la manera en la cual la energía fluye. Gracias a esta forma se han obtenido diferentes beneficios: las visuales de 180 grados, el ingreso de la iluminación solar durante todo el día y la integración con el terreno. Dentro de su diseño espacial interno, las habitaciones se orientan hacia el lago, guardando sus instalaciones de servicio hacia el muro de contención. 

Sacha Jí. Vista Occidental.


















El proyecto se asienta sobre una base de llantas recicladas y gravilla, que en caso de movimientos sísmicos amortigua los esfuerzos que recibirá la estructura. Éste sistema ha sido estudiado e implementado en arquitectura sustentable, y es uno de los métodos de reciclaje más completos por su doble función como amortiguador sismo resistente y aislante térmico. Por otra parte, la mampostería y la cubierta jardín está diseñadas de manera que retienen la energía y mantienen la temperatura interna constante, razón por la cual no ha sido necesario implementar sistemas de calefacción o aire acondicionado, reduciendo el desperdicio energético. Los ladrillos de dichas mamposterías fueron realizados con la tierra del sector, evitando desperdicios de materia prima y recursos humanos en trasporte de materiales ajenos al sector. 

Sacha Jí. Base de llantas recicladas y gravilla.

















En cuanto a la alimentación, Sacha Jí cuenta con un huerto orgánico, del cual se auto-abastece, cerrando el ciclo de producción-consumo interno y aportando alimentación sana y natural, garantizando el bienestar en el aspecto físico, emocional y energético.

Sacha Jí. Huerto orgánico.
Fuente: Tripadvisor.com











Si Diego tuviese un poco más de tiempo, sin duda se hubiera dedicado a investigar sistemas nuevos para desarrollar la arquitectura sustentable actual, tratando de redirigir su enfoque hacia una dirección más ecológica y ambiental, ya que esta rama es indudablemente pertinente hoy en día, y Diego aceptaría dicho reto sin pensarlo dos veces. 

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